Es de esas BSO que te metes en la cabeza y en el ipod y se quedan para siempre: Gladiator, Up, Conoces a Joe Black...
Ésta, en concreto, a un servidor le suele ayudar cuando todo parece que se va a la mierda, a cerrar los ojos y tomar aire. A tomar aire, y cuando los abres, también a coger impulso. La canción se llama "Una Mattina" de Ludovico Einaudi. Espero que os ayude como pildora de descanso, como un rato para cada uno. Todos nos podemos permitir 6 minutos de 24 horas, para una cabeza que no perdona preocupaciones.
PD: Siento de corazón las tardanzas tan prolongadas, pero hay veces que no tengo tiempo ni para descansar.
Se os quiere.
Un diario tiene muchas hojas, millones de palabras , un montón de historias, sentimientos de todo tipo pero sobre todo miles de agradecimientos.
viernes, 8 de junio de 2012
sábado, 19 de mayo de 2012
Prozac de Radio
Confesaré que disfruto mucho. Quizás porque la radio ha sido siempre mi vida y volver a ella es como encontrarte con ese primer amor, quizás porque la hago con gente tan buena que me quedo escuchándoles embobado y aprendo, puede ser también que al no tener ninguna pretensión televisiva, ni de boato de audiencias, algo pequeño, pero que nos gusta tratarlo muy bien, uno se sienta ahí dos veces por semana, a repasar la actualidad deportiva y esos 15 minutos se le pasen como la degustación de un dulce.
El jueves debatimos sobre el himno, si existe derecho a pitar o debe prevalecer el derecho a que los símbolos sean respetados. Creo que es sin duda, la mejor terturadio de la temporada.
Tiempo de radio, que es decir tiempo de algo especial.
www.twitter.com/FranEcheve
El jueves debatimos sobre el himno, si existe derecho a pitar o debe prevalecer el derecho a que los símbolos sean respetados. Creo que es sin duda, la mejor terturadio de la temporada.
Tiempo de radio, que es decir tiempo de algo especial.
www.twitter.com/FranEcheve
viernes, 18 de mayo de 2012
Abrazado y arrodillado a tu Pilar
Hablar en según qué situaciones no es fácil, escribir menos. Si encima añadimos que uno no es un virtuoso del arte de juntar letras, la mayoría de las veces es mejor dejar que se vea, se esuche o se sienta lo que quieres transmitir.
También puedes pensar, y esto sí que lo veo más normal, que he decidido abandonar el blog, porque es realmente vergonzoso que no me haya pasado desde el pasado 1 de mayo. Han sido dos semans duras, durísimas, de todo, pero principalmente de trabajo. Reconozco que estoy cansadísimo física y mentalmente. Esta primera quincena de mayo coincidía con el final de Liga, la salvación del R.Zaragoza, el título del R.Madrid, la no renovación de Pep y en el horizonte como pidiendo permiso, una apuesta que había que cumplir.
El pasado lunes ya avisamos en el programa que iríamos a por ello el jueves, ayer. Todo empezaba en la Plaza de España a las 6 de la tarde y acabó con las rodillas destrozadas, el cuerpo vacío y el alma llena en brazos de la Virgen de El Pilar. Cumplí la promesa, andar desde la Plaza de España hasta El Pilar de rodillas.
Luego llegué al programa y los amigos que comparten trabajo conmigo en la redacción, me regalaron tantas muestras de cariño, que me abrumaron. Y mira que hago lo posible para que me dejen en paz. Además Josep sacó el conejo de la chistera, ese que sabe cuando toca la fibra y en la segunda parte del reportaje, se dedicó a hablar poco y observar mucho, a sentir, a palpar cómo iba el ambiente. Todo desembocó en que los tertulainos me regalaron unos aplausos que confieso aquí, me averguenzan, al igual que esa Jota que me pusieron en directo. Todo el mundo estaba mirándome...al fondo del alma, y eso, me abruma.
Conforme lo iba viendo me dí cuenta, también en directo, que no era un reportaje friki, ni tampoco sobre deporte, ni siquiera sobre una apuesta. Se había transformado en un reportaje sobre cómo es uno, de dónde viene y a dónde va. En definitiva, de quién es uno. De ahí barrunto que mucha gente se sintió identificada y eso devino en felicitaciones con un grado de cariño tan elevado que deberían de considerarse delito.
Gracias por acompañarme, que no fue más que acompañar al programa y a la ilusión y el trabajo de un equipo acojonante. De lo demás, es decir, de mi tierra, mis amigos, mi gente, mi plaza, mi virgen... mi historia ¿qué os voy a decir que no sepáis ya?
El resto es silencio.
También puedes pensar, y esto sí que lo veo más normal, que he decidido abandonar el blog, porque es realmente vergonzoso que no me haya pasado desde el pasado 1 de mayo. Han sido dos semans duras, durísimas, de todo, pero principalmente de trabajo. Reconozco que estoy cansadísimo física y mentalmente. Esta primera quincena de mayo coincidía con el final de Liga, la salvación del R.Zaragoza, el título del R.Madrid, la no renovación de Pep y en el horizonte como pidiendo permiso, una apuesta que había que cumplir.
El pasado lunes ya avisamos en el programa que iríamos a por ello el jueves, ayer. Todo empezaba en la Plaza de España a las 6 de la tarde y acabó con las rodillas destrozadas, el cuerpo vacío y el alma llena en brazos de la Virgen de El Pilar. Cumplí la promesa, andar desde la Plaza de España hasta El Pilar de rodillas.
Luego llegué al programa y los amigos que comparten trabajo conmigo en la redacción, me regalaron tantas muestras de cariño, que me abrumaron. Y mira que hago lo posible para que me dejen en paz. Además Josep sacó el conejo de la chistera, ese que sabe cuando toca la fibra y en la segunda parte del reportaje, se dedicó a hablar poco y observar mucho, a sentir, a palpar cómo iba el ambiente. Todo desembocó en que los tertulainos me regalaron unos aplausos que confieso aquí, me averguenzan, al igual que esa Jota que me pusieron en directo. Todo el mundo estaba mirándome...al fondo del alma, y eso, me abruma.
Conforme lo iba viendo me dí cuenta, también en directo, que no era un reportaje friki, ni tampoco sobre deporte, ni siquiera sobre una apuesta. Se había transformado en un reportaje sobre cómo es uno, de dónde viene y a dónde va. En definitiva, de quién es uno. De ahí barrunto que mucha gente se sintió identificada y eso devino en felicitaciones con un grado de cariño tan elevado que deberían de considerarse delito.
Gracias por acompañarme, que no fue más que acompañar al programa y a la ilusión y el trabajo de un equipo acojonante. De lo demás, es decir, de mi tierra, mis amigos, mi gente, mi plaza, mi virgen... mi historia ¿qué os voy a decir que no sepáis ya?
El resto es silencio.
martes, 1 de mayo de 2012
La canción peor cantada de todos los tiempos
Bueno, aquí va. Me da un poco de lástima comenzar de esta manera el primer día de uno de los mejores meses del año, pero es irresistible. Anuncio ya que, creo, estamos ante no solo la peor versión de la historia de la música, según la revista NME inglesa, sino también ante la canción peor cantada jamás.
Los artistas son una pleyade de estrellas como no se conocía otra desde la Rue 13 del Percebe: Tom Jones, Jessie J, Will.I.Am de los Black Eyed Pies y el cantante del grupo The Script. La canción es Beautiful Day de los U2 y esta masacre, sin víctimas mortales, se produjo en Inglaterra, en un programa de cantantes y artistas donde la gente acude a mejorar lo que hizo su jurado, por lo que se puede ver, claro. El resultado es 'karaokesco':
Aquí, la original, por si no os acordáis o habéis estado los últimos 10 años de vuestra vida colocados:
PD: Felicidades a todas las madres. Hoy es su día. Un beso a la mía.
www.twitter.com/FranEcheve
Aquí, la original, por si no os acordáis o habéis estado los últimos 10 años de vuestra vida colocados:
PD: Felicidades a todas las madres. Hoy es su día. Un beso a la mía.
www.twitter.com/FranEcheve
jueves, 26 de abril de 2012
Solo eres tu cerebro
Espectacular entrevista de Silvia Colomé en La Vanguardia para un referente mundial como Ignacio Morgado.
IGNACIO MORGADO: "FUERA DE NOSOTROS NO HAY LUZ, GUSTO NI TACTO"
¿Dónde residen la inteligencia y las emociones? Esta pregunta ha intrigado a los hombres desde tiempos inmemorables. Muchas civilizaciones otorgaron al corazón tales privilegios. Lo que ahora parece una obviedad, que el cerebro está detrás de los procesos mentales, es un conocimiento relativamente nuevo aunque muy asumido. Con el libro Cómo percibimos el mundo, Ignacio Morgado, una de las grandes referencias en el campo de la neuropsicología y catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la UAB, nos desvela aspectos de la mente humana y los procesos sensoriales y perceptivos que no tenemos tan asumidos y que, incluso, llegan a sorprendernos.
-¿Cómo percibimos el mundo?
-Como nuestro cerebro está preparado para percibirlo. Las percepciones son una creación del cerebro y de la mente humana.
-¿Entonces?
-Eso significa que lo que percibimos no necesariamente coincide con lo que pueda haber fuera de nosotros, que no es más que materia y energía. Las percepciones no existen fuera de nuestra mente. Dicho de otro modo: el cerebro es el que ve, oye, siente… Fuera de nosotros no hay luz, gusto, tacto…
-¿Los colores no existen?
-Fuera de nosotros, no. En la mente humana, sí.
-¿El azúcar no es dulce?
-Lo percibimos como dulce. Pero su dulzor no es una propiedad del azúcar, sino de las neuronas del cerebro cuando reciben el impacto de las moléculas de azúcar.
-¿Y qué ocurre con el tiempo?
-Tal y como lo percibe el cerebro, es subjetivo. El cerebro humano no tiene ningún reloj que mida el tiempo como lo hacen los relojes artificiales. La percepción del tiempo depende mucho de las circunstancias. Si te duele una muela, es infinito. Si lo estás pasando bien, se acaba enseguida.
-¿No deberíamos hacer más caso al tiempo que percibimos?
-Claro. De cómo percibimos el tiempo depende mucho nuestro bienestar.
-¿Y qué ocurre con esta mesa donde estamos sentados? ¿Existe?
-Sí, en forma de materia y energía, pero no en forma de tacto, ni de olor, ni de color, ni de nada. Todo eso son sensaciones que crea nuestro cerebro a partir de la materia y la energía des esta mesa.
-Parece que vivamos engañados…
-Absolutamente. Si tomas una taza de café caliente por la mañana al desayunar, parece que el olor esté saliendo de esa taza. Y es mentira. Es la forma que tiene nuestro cerebro de leer e interpretar. Las partículas volátiles que salen de la taza de café llegan a nuestra nariz, que recoge esta información. El cerebro la transforma y la convierte en percepciones concientes.
-Lo curioso es que tanto usted como yo interpretemos igual esas partículas volátiles del café…
-Nunca podemos estar seguros de que tengamos la misma percepción. De lo que sí podemos estar seguros es de que siempre o casi siempre que olemos eso, cada uno de nosotros olemos la misma cosa, y esa cosa que olemos la llamamos café. Por eso nos entendemos.
-Es decir, que mi olor de café puede ser diferente al suyo.
-Exactamente, pero no importa. ¿Cómo puedo llegar a saber que tú hueles lo mismo que yo? No sabemos si algún día la ciencia podrá llegar a dar la seguridad de que es así. Muy probablemente lo que percibimos es muy parecido porque estamos hechos de la misma materia biológica y tenemos el mismo tronco evolutivo común, aunque haya diferencias individuales entre mi cerebro y el tuyo, pero las suficientes coincidencias para que nos entendamos y tengamos percepciones muy similares.
-¿Existen diferencias entre hombres y mujeres?
-Las diferencias perceptivas se basan en las distintas constituciones de los cerebros, en las distintas culturas y educación… El cerebro es muy selectivo, no se queda con todo lo que ve, toca, oye, siente… sino con lo que le resulta más nuevo, cambiante, importante… Tu cerebro como mujer le prestará más atención a unas determinadas cosas y el mío como hombre quizás a otras si como hombre son más interesantes o relevantes que para ti como mujer. Pero las diferencias individuales pueden ser más importantes que las que pueda haber entre diferentes sexos.
-¿Y entre personas de diferentes épocas? ¿Habría diferencias perceptivas entre un romano y nosotros?
-Él repararía en cosas diferentes. Pero su cerebro trabajaría de una forma muy similar al nuestro para percibir. En el tiempo que ha transcurrido desde los romanos y nosotros, el cerebro ha cambiado muy poco. Los grandes cambios se producen en una escala de tiempo mucho mayor, de millones de años.
-¿Y qué pequeños cambios sí se han producido?
-Los atenienses tenían un cerebro para pensar, razonar y tomar decisiones muy parecido al que tenemos ahora. Sin embargo, los elementos sociales y ambientales en que se basaban para hacerlo son muy diferentes a los nuestros, sobre todo la tecnología. Nosotros vivimos en una sociedad tecnológicamente muy desarrollada y ellos no.
-Pero vivían mucho más en contacto y comunión con la naturaleza que nosotros. Eso lo hemos perdido.
-Por supuesto. Cuando evolucionamos tecnológicamente, en cierto modo estamos domesticando nuestro cerebro. Y esta domesticación puede implicar pérdida de capacidades porque transferimos a las máquinas cosas que tendríamos que hacer nosotros. Nos volvemos más inútiles y dependientes de esas máquinas.
-Vaya.
-Los lobos amaestrados por el hombre fueron reduciendo el tamaño de su cerebro. Esto ocurrió en una escala de tiempo de muchos miles de años, y creemos que esto también ha ocurrido con el hombre. Hace unos 30.000 años, los datos de la paleoantropología indican que el cerebro humano era unos 100 gramos más grande que el cerebro actual. Ha ido perdiendo peso.
-¿A qué es debido?
-Una teoría dice que con la agricultura y la tecnología nos hemos domesticado a nosotros mismos, igual que hemos domesticado a los lobos y los hemos convertido en perros de compañía con un cerebro menor. Ya no tenemos que espabilarnos.
-¿La tecnología nos ha atontado un poco?
-Bastante. Y nos seguirá atontado a medida que vayamos substituyendo las funciones de nuestro cerebro por las de la tecnología.
-¿Así que nuestro cerebro más que evolucionar, involuciona?
-En cierto modo, sí. Por evolución entendemos cambios críticos, relevantes, en un sentido u otro. Si las máquinas nos substituyen en ciertas funciones, llegará un momento en que ya prácticamente no nos molestaremos en esas funciones. Los niños de la era de la informática están perdiendo capacidad para escribir con lápiz y papel. La tecnología nos autodomestica. Eso, sin duda, hará cambiar el sentido de evolución de nuestro cerebro.
-Hace poco que situamos la mente en el cerebro. Antes salía todo del corazón.
-Exacto. No hay nada que intuitivamente te diga que la mente es una función del cerebro. Ahora nos parece elemental que el cerebro es el que piensa…
-Pero no nos parece elemental que el corazón no sienta…
-Seguimos utilizando esas frases. El corazón lo que hace es dominar el sistema circulatorio, enviar sangre y elementos energéticos y de otros tipos a los tejidos del organismo para que puedan funcionar bien. Entre estos, el cerebro, que es la clave de todo.
-¿Todo depende del cerebro?
-Todo pasa por el cerebro. Si no tuviéramos un cerebro, todo lo que pudiera existir sería irrelevante para cualquiera de nosotros. Tenemos el conocimiento que nuestro cerebro nos permite tener y nada más.
-¿El cerebro nos limita?
-Absolutamente. Pero no me preocuparía por esto. El mundo que llegamos a conocer, percibir y sentir es el que nuestro cerebro nos permite. Lo que haya más allá, si es que hay algo, no está a nuestro alcance.
-¿Podemos llegar a engañar al cerebro o a la mente?
-No, nunca. Si usted dice: el cerebro me engaña, dígame: ¿a quién está engañando el cerebro?
-A mí misma.
-¿Y usted quién es? ¿La carcasa que queda cuando se quita el cerebro? ¿Esa es usted?
-¿Y qué ocurre con el alma?
-Esa cosa no está al alcance de la ciencia. Si quiere hablar del alma, llame a un teólogo. Todavía no sabemos cómo lo material, las neuronas… produce el pensamiento, la subjetividad. Como no sabemos cómo se produce este cambio tan fuerte, y tengo mis dudas de que el cerebro humano pudiese entenderlo, la magia que hay en ese no entender el cambio lleva al ser humano a creer en cosas sobrenaturales, creer en algo que además permite dar un sentido a la vida.
-Lo que queda claro es que necesitamos conocer esta respuesta…
-Si algún día el cerebro humano evoluciona lo suficiente para entender esto, entonces aparecerán nuevas preguntas que quizás serán más difíciles de responder. Será el precio que los seres de ese tiempo tendrán que pagar por haber evolucionado hasta entender lo que ahora somos incapaces de entender."
-www.twitter.com/FranEcheve
IGNACIO MORGADO: "FUERA DE NOSOTROS NO HAY LUZ, GUSTO NI TACTO"
¿Dónde residen la inteligencia y las emociones? Esta pregunta ha intrigado a los hombres desde tiempos inmemorables. Muchas civilizaciones otorgaron al corazón tales privilegios. Lo que ahora parece una obviedad, que el cerebro está detrás de los procesos mentales, es un conocimiento relativamente nuevo aunque muy asumido. Con el libro Cómo percibimos el mundo, Ignacio Morgado, una de las grandes referencias en el campo de la neuropsicología y catedrático de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la UAB, nos desvela aspectos de la mente humana y los procesos sensoriales y perceptivos que no tenemos tan asumidos y que, incluso, llegan a sorprendernos.
-¿Cómo percibimos el mundo?
-Como nuestro cerebro está preparado para percibirlo. Las percepciones son una creación del cerebro y de la mente humana.
-¿Entonces?
-Eso significa que lo que percibimos no necesariamente coincide con lo que pueda haber fuera de nosotros, que no es más que materia y energía. Las percepciones no existen fuera de nuestra mente. Dicho de otro modo: el cerebro es el que ve, oye, siente… Fuera de nosotros no hay luz, gusto, tacto…
-¿Los colores no existen?
-Fuera de nosotros, no. En la mente humana, sí.
-¿El azúcar no es dulce?
-Lo percibimos como dulce. Pero su dulzor no es una propiedad del azúcar, sino de las neuronas del cerebro cuando reciben el impacto de las moléculas de azúcar.
-¿Y qué ocurre con el tiempo?
-Tal y como lo percibe el cerebro, es subjetivo. El cerebro humano no tiene ningún reloj que mida el tiempo como lo hacen los relojes artificiales. La percepción del tiempo depende mucho de las circunstancias. Si te duele una muela, es infinito. Si lo estás pasando bien, se acaba enseguida.
-¿No deberíamos hacer más caso al tiempo que percibimos?
-Claro. De cómo percibimos el tiempo depende mucho nuestro bienestar.
-¿Y qué ocurre con esta mesa donde estamos sentados? ¿Existe?
-Sí, en forma de materia y energía, pero no en forma de tacto, ni de olor, ni de color, ni de nada. Todo eso son sensaciones que crea nuestro cerebro a partir de la materia y la energía des esta mesa.
-Parece que vivamos engañados…
-Absolutamente. Si tomas una taza de café caliente por la mañana al desayunar, parece que el olor esté saliendo de esa taza. Y es mentira. Es la forma que tiene nuestro cerebro de leer e interpretar. Las partículas volátiles que salen de la taza de café llegan a nuestra nariz, que recoge esta información. El cerebro la transforma y la convierte en percepciones concientes.
-Lo curioso es que tanto usted como yo interpretemos igual esas partículas volátiles del café…
-Nunca podemos estar seguros de que tengamos la misma percepción. De lo que sí podemos estar seguros es de que siempre o casi siempre que olemos eso, cada uno de nosotros olemos la misma cosa, y esa cosa que olemos la llamamos café. Por eso nos entendemos.
-Es decir, que mi olor de café puede ser diferente al suyo.
-Exactamente, pero no importa. ¿Cómo puedo llegar a saber que tú hueles lo mismo que yo? No sabemos si algún día la ciencia podrá llegar a dar la seguridad de que es así. Muy probablemente lo que percibimos es muy parecido porque estamos hechos de la misma materia biológica y tenemos el mismo tronco evolutivo común, aunque haya diferencias individuales entre mi cerebro y el tuyo, pero las suficientes coincidencias para que nos entendamos y tengamos percepciones muy similares.
-¿Existen diferencias entre hombres y mujeres?
-Las diferencias perceptivas se basan en las distintas constituciones de los cerebros, en las distintas culturas y educación… El cerebro es muy selectivo, no se queda con todo lo que ve, toca, oye, siente… sino con lo que le resulta más nuevo, cambiante, importante… Tu cerebro como mujer le prestará más atención a unas determinadas cosas y el mío como hombre quizás a otras si como hombre son más interesantes o relevantes que para ti como mujer. Pero las diferencias individuales pueden ser más importantes que las que pueda haber entre diferentes sexos.
-¿Y entre personas de diferentes épocas? ¿Habría diferencias perceptivas entre un romano y nosotros?
-Él repararía en cosas diferentes. Pero su cerebro trabajaría de una forma muy similar al nuestro para percibir. En el tiempo que ha transcurrido desde los romanos y nosotros, el cerebro ha cambiado muy poco. Los grandes cambios se producen en una escala de tiempo mucho mayor, de millones de años.
-¿Y qué pequeños cambios sí se han producido?
-Los atenienses tenían un cerebro para pensar, razonar y tomar decisiones muy parecido al que tenemos ahora. Sin embargo, los elementos sociales y ambientales en que se basaban para hacerlo son muy diferentes a los nuestros, sobre todo la tecnología. Nosotros vivimos en una sociedad tecnológicamente muy desarrollada y ellos no.
-Pero vivían mucho más en contacto y comunión con la naturaleza que nosotros. Eso lo hemos perdido.
-Por supuesto. Cuando evolucionamos tecnológicamente, en cierto modo estamos domesticando nuestro cerebro. Y esta domesticación puede implicar pérdida de capacidades porque transferimos a las máquinas cosas que tendríamos que hacer nosotros. Nos volvemos más inútiles y dependientes de esas máquinas.
-Vaya.
-Los lobos amaestrados por el hombre fueron reduciendo el tamaño de su cerebro. Esto ocurrió en una escala de tiempo de muchos miles de años, y creemos que esto también ha ocurrido con el hombre. Hace unos 30.000 años, los datos de la paleoantropología indican que el cerebro humano era unos 100 gramos más grande que el cerebro actual. Ha ido perdiendo peso.
-¿A qué es debido?
-Una teoría dice que con la agricultura y la tecnología nos hemos domesticado a nosotros mismos, igual que hemos domesticado a los lobos y los hemos convertido en perros de compañía con un cerebro menor. Ya no tenemos que espabilarnos.
-¿La tecnología nos ha atontado un poco?
-Bastante. Y nos seguirá atontado a medida que vayamos substituyendo las funciones de nuestro cerebro por las de la tecnología.
-¿Así que nuestro cerebro más que evolucionar, involuciona?
-En cierto modo, sí. Por evolución entendemos cambios críticos, relevantes, en un sentido u otro. Si las máquinas nos substituyen en ciertas funciones, llegará un momento en que ya prácticamente no nos molestaremos en esas funciones. Los niños de la era de la informática están perdiendo capacidad para escribir con lápiz y papel. La tecnología nos autodomestica. Eso, sin duda, hará cambiar el sentido de evolución de nuestro cerebro.
-Hace poco que situamos la mente en el cerebro. Antes salía todo del corazón.
-Exacto. No hay nada que intuitivamente te diga que la mente es una función del cerebro. Ahora nos parece elemental que el cerebro es el que piensa…
-Pero no nos parece elemental que el corazón no sienta…
-Seguimos utilizando esas frases. El corazón lo que hace es dominar el sistema circulatorio, enviar sangre y elementos energéticos y de otros tipos a los tejidos del organismo para que puedan funcionar bien. Entre estos, el cerebro, que es la clave de todo.
-¿Todo depende del cerebro?
-Todo pasa por el cerebro. Si no tuviéramos un cerebro, todo lo que pudiera existir sería irrelevante para cualquiera de nosotros. Tenemos el conocimiento que nuestro cerebro nos permite tener y nada más.
-¿El cerebro nos limita?
-Absolutamente. Pero no me preocuparía por esto. El mundo que llegamos a conocer, percibir y sentir es el que nuestro cerebro nos permite. Lo que haya más allá, si es que hay algo, no está a nuestro alcance.
-¿Podemos llegar a engañar al cerebro o a la mente?
-No, nunca. Si usted dice: el cerebro me engaña, dígame: ¿a quién está engañando el cerebro?
-A mí misma.
-¿Y usted quién es? ¿La carcasa que queda cuando se quita el cerebro? ¿Esa es usted?
-¿Y qué ocurre con el alma?
-Esa cosa no está al alcance de la ciencia. Si quiere hablar del alma, llame a un teólogo. Todavía no sabemos cómo lo material, las neuronas… produce el pensamiento, la subjetividad. Como no sabemos cómo se produce este cambio tan fuerte, y tengo mis dudas de que el cerebro humano pudiese entenderlo, la magia que hay en ese no entender el cambio lleva al ser humano a creer en cosas sobrenaturales, creer en algo que además permite dar un sentido a la vida.
-Lo que queda claro es que necesitamos conocer esta respuesta…
-Si algún día el cerebro humano evoluciona lo suficiente para entender esto, entonces aparecerán nuevas preguntas que quizás serán más difíciles de responder. Será el precio que los seres de ese tiempo tendrán que pagar por haber evolucionado hasta entender lo que ahora somos incapaces de entender."
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