Siempre me dijeron que una alegría compartida es el doble de alegría y que las tristezas compartidas son justamente la mitad. Y eso, aquí, cada lunes, contigo y los oyentes es lo que llevo haciendo desde septiembre. El pasado lunes, me daban ganas de desaparecer. Hoy, me apetecería volver a narrarte la victoria del sábado. Marx se equivocaba, el verdadero opio del pueblo, es el Fútbol.
Pero así como la semana pasada te decía que no me apetecía hablar de nada. Hoy te digo que querría hablar de todo. Pero de todo con mayúsculas, es decir, de lo importante. ¿De futbol? Bueno, el fútbol, no es nada mas ni nada menos, que lo más importante… de lo menos importante. De lo segundo, me sale una sonrisa cada vez que me preguntan por el partido de Murcia. Para hablar de lo primero, de lo trascendental, te voy a dejar con un amigo. Y no es porque no sepa o no quiera. Es porque mi amigo sabe más y mejor que es lo importante que es el todo, que es la vida. Se llama Josep. Josep Mascaró. Hoy mi amigo va a tapar mi comentario de fútbol, y me va a dejar con la palabra en la boca y con este micrófono en el aire. No me importa. El otro día me dejó con una lagrima en los ojos. . Josep me volvió a recolocar. Volvió a recordarme lo más importante: ser feliz. Vayan bien o mal las cosas. Gane o pierda mi equipo me dice. La semana pasada perdió, esta ha ganado… Aun así mi amigo, que sabe mucho, me ha dicho que esté tranquilo si parte de esa felicidad depende de la suerte balompédica: El Zaragoza va a subir a primera. Por eso me he dejado ya de preocupar. Coca Cola le ha dado un micrófono a Jusep. Yo, humildemente, le doy este tiempo. Él consigue poner en todas y cada una de sus palabras más de un siglo de experiencias, más de un siglo de vida… y en ninguna de esas palabras aparece la de fútbol. Será que no es muy importante. Será que le voy a tener que volver a preguntar.
(sonido)
Hasta la semana que viene
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