Dice Djokovic que Nadal no es invencible. Y lo dice después de que Rafa le haya ganado y haya eliminado a su país de la copa Davis. Y claro uno piensa…que oportunidad más buena de callarte ¿eh Djokovic? Porque la realidad es que este serbio es tan buen jugador como bocazas, y tiene una ristra de declaraciones estelares comparables a las de la ministra Magdalena Álvarez.
¿Será amigo del presidente del Real Madrid? Porque de lo único que nos acordamos de la jornada de champions no es de los resultados, nos acordamos del chorreo del presidente y entonces tanto si te gusta el futbol como si no, si eres del Madrid como si no, no te queda más que una cosa. Reírte hasta que se te desencaje la mandíbula de las carcajadas. Y es que amigo Novak, por la boca muere el pez, exactamente igual que les pasa a los políticos, que si algo saben es de peces, de peces gordos claro está. Sobre todo de cómo convertirse en uno de ellos, de como trincar, en donde hacerlo, de que manera y con quien hablar.
De cualquier forma, hoy Jose Antonio me parezco más a esa pareja que se quiere pero que no acaban de decírselo. Vamos que lo sufren en silencio, como las hemorroides… Bueno vale, sé que unir en la misma frase amor y hemorroides no es algo que se aproxime a Antonio Machado, pero es lunes y eso para alguien futbolero significa día de resaca. Buena o mala, pero de resaca. Y lo de la pareja era, porque ayer el Zaragoza hizo un señor partido pero no lo mató. Vamos que dejó escapar al Hércules vivo y claro, llegó el equipo alicantino y nos empató el encuentro. Aunque algo es innegable y es que ahora jugamos a futbol. El equipo tiene errores pero ahora los once de camiseta blanca se la intentan pasar al pie y ya no son once almas en pena que parece que se deben dineros los unos a los otros.
Por eso le invito al equipo de Marcelino a que cierre los partidos y más todavía cuando encima los juega bien. Por la salud coronaria de todos y porque sino entonces te pasa lo que le pasó ayer al Zaragoza, que como no acabas de decirle a la chica que la quieres, viene otro que está más listo y se la lleva. Y así me encuentro de despechado, porque después de un fin de semana de estar erre que erre, siendo educado, con un buen trato, majo y aseado, ha venido el de la moto y con dos zarpazos se me ha llevado a la chica, que valía nada más y nada menos que tres puntos y eso a estas alturas de curso y de la temporada es un botín demasiado grande.
Casi tan grande cómo la boca de Boluda y Djokovic juntas, o la cara de Correa, que si te descuidas se empieza a afeitar en la patilla y acaba por los tobillos.
Hasta la semana que viene
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