Quedarte con el F.C Barcelona es como estar con tu novia de toda la vida (el nombre va a gusto de cada un@): una mujer no más alta del metro setenta, morena, con ojos bonitos, busto coqueto, y belleza natural. Relación de años, tranquila pero con las emociones que produce una semifinal en Stamford, conoces sus raíces, su familia, gente de la casa, de tu ciudad, si me apuras hasta del mismo barrio, conoce a tus amigos, y ellos la conocen a ella. Es la belleza de la normalidad, es ver a Xavi , a Iniesta, a Messí, a Ibrahimovich, ver como viste Guardiola. Es el She Love You Baby de The Beatles. Es Claudia Cardinale, es Katherine Hepburn y es Elisabeth Taylor.
Quedarte con el Real Madrid sin embargo, es saber que te espera una aventura, es el amante por definición (el nombre también va a gusto de cada un@) : mujer de piernas interminables, esbelta, rondando el metro ochenta, rubia despampanante de ojos verdes y unas medidas de infarto. Busto espectacular y más curvas que el Circuito de Montmeló. Es esa que te pasa al lado con vestido rojo, fumando como a nadie jamás habías visto antes, conversación corta pero directa, sonrisa traviesa, noches de pasión y siempre el olor a su perfume que viene al mundo de los vivos en forma de bicicletas y zapatazos a la escuadra de Cristiano Ronaldo o una conducción en carrera celestial de Kaká. Es BOOM, explosión pura y dura, acción-reacción. Chica de otras ciudades y en ocasiones, parece, que de otros mundos. Digna de papel cuché. Es la belleza de lo sobrenatural. Es el Jumping Jack Flash de los Rolling. Es Marilyn Monroe, es Lauren Bacall, es la insuperable Brigitte Bardot.
Ayer por la noche quedé con Brigitte, hoy me toca Claudia. Ayer el Madrid metió 5. Hoy quiero ver bailar al Barça.


Por eso ahora todo queda en el gusto que cada uno tenga del fútbol…y de la vida.
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