Parón en Paracuellos

Este puente he estado como todos los años en Paracuellos (del Jiloca). Un pueblecito al lado de Calatayud. Allí nos invita todos los años mi buen amigo Antonio, a unos compañeros del metal más y al mendas, a pasar unos ratos, dice. Tomamos unas cañas, comemos cosas ligeras (ternasco, morcillas, chorizos, encurtidos y todo aquel alimento que provenga del cerdo), bebemos, reposamos un rato mientras unos juegan unos guiñotes y los “mayores” echamos unas partidas al Mus ( lo que me cuesta ganarles), volvemos a tomar unas cañas, bebemos y volvemos a comer. Y por la noche, jarana. Vamos, todo muy sano. El caso es que se ha convertido ya en una tradición de todos los años con la que un servidor vuelve a respirar aire puro y sobre todo se olvida de la vida de cartón-piedra de la civitas.

Paseando por las afueras del pueblo (casi todo, porque es muy pequeño) le hice la foto a esta vía ya obsoleta por la que antes pasaban aquellos trenes de entonces, con bancos de madera e incomodidades varias.

Ahora la alta velocidad ha sustituido todo. También en nuestras vidas. El adelanto es evidente en lo que a medio de transporte se refiere, en este caso, para bien. Pero siempre quedan rincones en algún lado que nos recuerdan lo que fuimos, y como las vías, nos ayudan a recordárnoslo. Paracuellos es así. Una vía que ha quedado al margen, pero que tiene estampas tan bonitas como esta.



Espero que estéis pasando un gran puente.

Un abrazo fuerte.