Es una columna que el rotativo decidió encargársela a un adolescente. La aventura empezaba en Agosto de 2008, continuó en Agosto de 2009 y este año está siendo la tercera entrega. En principio un redactor de El País, padre de un amigo de Carlos Cay (es el pseudónimo con el que firma el chaval), le oyó despotricar de sus viejos y le propuso que hiciera una columna diaria el mes de vacaciones.
No es Enric González, ahora en Jerusalén después de pelearse con los jefes del periódico de Prisa, ni Fernando Burgos, ni por supuesto es una obra de arte del escritor que elevó La Columna a la condición de Género Periódistico: D. Francisco Umbral. Tampoco es Pérez Reverte, ni siquiera Quico Alsedo.
Es eso, un adolescente que estudia selectividad durante el verano y de paso raja de lo tormentosa que es su vida. De cualquiera de las maneras me parece una sección muy de verano: lectura rápida, con un mensaje conciso y una reflexión que acaba en cuanto cierras el periódico. En corto y al pie. Me atrapa. Fast Column. Aun así la columna destila ese punto autodestructivo que tienen todos los genios, desde Picasso hasta Guti pasando por Groucho y Woody.
También porque todos alguna vez hemos sentido el título y como regurgitábamos el vocablo desde lo más adentro de nuestro estómago, así que al fin y al cabo, porque no decirlo, es también una manera de volver al pasado.
Que cosa esto de los padres, los hijos y la familia. Que me perdone mi árbol genealógico pero ha sido un verano viendo a demasiados consanguíneos y tías que te tiran del moflete: primos, tíos, primos segundos, tíos que no lo son pero que casi...Solo me falta empezar a escribir alguna columna en algún periódico importante.
Habrá que pensar en quien cagarse.
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