Este es el caso de August Landmesserm, un trabajador de unos astilleros en Alemania. En 1936, en pleno auge del Nacionalsocialismo y ante la visita del Führer y el enorgullecimiento de muchos compatriotas en esa celebración de la Raza Blanca, él decidió no participar de aquello. No tuvo miedo, o sí. Lo que sí se advierte es que el tío los tenía muy bien puestos y que su conciencia está muy por encima de la media.
Además según he leído el tío se casó con una judía tuvo dos hijos. Lo mejor de la foto más allá del valor simbólico, innegable, es la cara de August. En un sitio donde solo había terror, miedo, muerte y la raza humana se pervertía, él le colocaba una cara a Adolfo Hitler de “no me jodas, que coño haces aquí”.

Por cierto, en cuanto la he visto me ha recordado al teniente Aldor Rëin.

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