Eso fue el domingo por la tarde, el lunes España amaneció contenta y feliz por la victoria y a lo largo del día comenzó a desayunarse, comerse y merendarse una polémica tan absurda y triste como mezquina. El debate fue el siguiente, ¿porqué algunos periódicos de nuestro país abrían en la portada con Rafa Nadal y la bandera de España y otros decidían que Nadal fuera portada solo con el trofeo y sin bandera? El Mundo, La Razón, Abc decidieron incluir la foto con la rojigualda, mientras que El País se decantó con una foto sin nada (sin bandera y sin trofeo) y Público lo hizo también sin la bandera de todos. En lo que a los deportivos se refiere, Marca y As optaron por foto con bandera mientras que Sport y Mundo Deportivo, no.
Si ahora mismo por la cabeza de alguien pasa que la derecha política es la única que defiende a nuestro país (en su vertiente periodística conservadora, centro-derecha o liberal) es que algo están haciendo muy mal los periódicos (o muy bien). Excluyo a las radios porque hoy los debates en el medio de masas eran más sanos que los que se podían leer y también ver en tv.
La carnaza vende, siempre, pero la que cae de la mesa del Deporte siempre tan virginal, gusta más si cabe; tanto a los unos como exacerbación del orgullo patrio como a los otros que pretenden no juntarse nunca a la bandera de la tierra que les vio nacer para no ser tildados de fascistas (qué miedo le tienen algunos intelectuales “progres” a esa palabra). Todo complejos.
Ideología de masas, demagogia surtida en imágenes con el firme propósito de llegar a las vísceras de los que leen en vez de llegar a su cabeza. Ahí se colocaron antes de ayer las portadas.
Dispuestos a demostrar, una vez más, lo mentecatos y cainitas que podemos llegar a ser en esta tierra llamada España, estuvieron unos cuantos compatriotas en distintos medios llamándose facha, rojo, antiespañol... y toda una serie de lindezas dignas de primates sin la Logse. Nos encontramos en un punto más refinado de esta superestructura llamada pensamiento único, el intento de unificarnos a un lado o a otro ya no se realiza mediante una editorial, porque ahí, el sujeto sigue teniendo capacidad de crítica y contrarréplica de lo que está leyendo. Ahora, todo es más sutil, el debate se orienta a blanco o a negro mediante una pregunta o una imagen. Se radicaliza, o estás con la bandera o estás contra ella. O A o B. O fachas o rojos. En filosofía se llama falacia o sofisma (un patrón de razonamiento que aparenta formalmente dosis de verdad siendo en realidad erróneo. Por ejemplo, tomar la parte por el todo).

-“Oiga, mire usted, que yo solo venía por aquí a celebrar la victoria de un paisano español como Rafa Nadal, que es el paradigma de todos los valores del deporte, que está haciendo historia y que encima parece que se merienda las sandías por los sobacos”.
-¡Pues apártese. - le hubieran contestado a alguien que pasaba por allí- No nos interesa lo que piensa.
-¿Ah no?
-No,solo si compra el periódico, caballero.
-www.twitter.com/FranEcheve
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