Un diario tiene muchas hojas, millones de palabras , un montón de historias, sentimientos de todo tipo pero sobre todo miles de agradecimientos.

sábado, 4 de junio de 2011

Referencias irreventes ( o Irreverencias referentes)

Acudo a twitter como reflexión continua con el ánimo de que alguien me alivie en mi dolor, siempre físico por supuesto, y leo una típica pregunta de una típica entrevista a un típico futbolista sobre ¿quiénes son sus referentes?. A mí, confieso, que me gusta hacerla de vez en cuando, nunca la acabo completando con la palabra “futbolísticos”. No porque no me interesen sino porque, iluso de mí, siempre espero como maná en el desierto, que alguno se quede pensando y me conteste: pues adoro a Bertolucci, Ortega y me confieso seguidor de la época rosa de Dalí. Nunca pasa y continúo pues con mi travesía por el desierto.

El caso es que en un momento de introspección (habitualmente son dos: o con un café cortado con hielo o con un gin tonic por medio) he sopesado sobre mis referentes. Y he llegado a la conclusión de que no tengo. He caído justo después en una Angustia kierkegaardiana, es decir, en un sentimiento de vacío profundo y absoluto. Como si no tuviera alma. No como cuando Zutanita no me responde a mis mensajes. ¿Hacia dónde voy sin referentes?

Haciendo un sesudo análisis, he llegado a una “entente cordiale” conmigo mismo (aseguro que no es fácil) y he reconocido que quizás referentes no sea la palabra, y sí bastones en los que apoyarme con su “filosofía vital”. He comenzado a recitarlos entonces: Groucho Marx, Jack Sparrow, Bertrand Russell, Keith Richards y Chesterton. Ningún de ellos era un líder político, ni religioso ni siquiera social. Qué desfachatez. Acabé pasando de estos, por prometer cosas que no podían cumplir, por sus divismos y por sus orientaciones radicales; llegué entonces a aquellos, a los primeros, como el que aparece en una isla desierta en busca de paz. El denominador común de todos: incomprendidos sociales, gente cuya única culpa es no ser como el resto, tremendos oradores, locuaces, brillantes, aduladores de la bebida y gente sin normas protocolarias rancias. La verdad y la nobleza por delante, cada uno a su manera.

Es pues descorazonador pensar que cuando me pregunten en el futuro, en alguna entrevista, por mis referentes, tenga que decirlos. Lo más probable es que el que lo oiga o lea me tilde a continuación de inadaptado social, loco de los cojones, borracho y anarquista.



El sueño de cualquier madre, vamos.

- www.twitter.com/FranEcheve

No hay comentarios:

La Biblioteca

  • El Filósofo Y El Lobo
  • Lo Que Está Mal en el Mundo
  • El Alma Está en el Cerebro
  • Fueras De Serie
  • Inteligencia Emocional
  • El Retrato de Dorian Gray
  • El Dardo en La Palabra
  • El Curioso Incidente del Perro a Medianoche
  • Los Pasos Perdidos de Shakespeare
  • El Alquimista
  • El Futbol a Sol y Sombra
  • El Viaje a la Felicidad
  • Un Saco de Canicas
  • Sin Noticias de Gurb
  • El Hombre en Busca del Sentido
  • El Niño con el Pijama de Rayas

El Baúl