Un diario tiene muchas hojas, millones de palabras , un montón de historias, sentimientos de todo tipo pero sobre todo miles de agradecimientos.

domingo, 24 de julio de 2011

Amy Soulhouse

Tarde de cervezas y risas preparando el sábado noche, le doy un trago al vaso y cojo el móvil casi instintivamente. No hay llamadas, ni mensajes. Veamos qué cuenta Twitter. Lo leo y trago saliva. “Hallan muerta a Amy Winehouse”.

Se ha ido para siempre y no acabo de creérmelo del todo. Esta tarde de domingo he vuelto a ponerme su segundo y último disco, “Back To Black”, en una especie de homenaje, o de intento de convencerme que no está muerta…o de yo que sé. Se marchó Amy con esa fragilidad que desprendía en todos los aspectos de la vida, menos cuando cantaba. Voz delicada, suave, dura, llenísima, con unos altos a reminiscencias musicales sesenteras y setenteras deliciosas. Aterrizó en 2003 con “Frank” y se ha ido a los 27 años redimensionando el Soul. Lo fundió con R&B, Blues,Rock, Jazz… Soul en inglés significa alma. Ella cantaba con el alma, no con las cuerdas vocales. Un alma atormentada por la incomprensión de si misma y del lugar que ocupaba en el mundo.

Recuerdo que me compré el disco odiando la primera canción “Rehab” por manida, la ponían a todas horas en la radio, y acabé aturdido por la magnitud de la obra que acababa de escuchar. Se me habían escapado de las manos poquito más de (tan solo) 30 minutos de música como un dulce y ni me había dado cuenta. Le volví a dar al play y efectivamente, estaba en lo cierto. Era una obra de arte. Sus letras explicaban perfectamente su vida y parecían adelantar su muerte: "Vuelvo al negro" (Back To Black), Tú sabes que no soy buena (You Know I´m Know Good)...

Son días propicios para dar sermones sobre su mala vida y los famosos “se veía venir”. Como ocurre con todos los genios, su capacidad de autodestrucción era directamente proporcional a su talento: enorme, gigantesca, casi eterna. Con su muerte Amy llega a ese club de artistas que se redimensionan, triplican ventas y pasan a un plano superior. Eso pasa, es cierto, pero casi siempre les pasa a los buenos. He leído que como Jimmy Hendrix, J.Joplin, Kurt Cobain o Brian Jhonson (uno de los fundadores de los Stones, el otro, el cantante de los AC/DC, está vivito y coleando) ha acabado a la misma edad. No creo que la cantante tenga la misma dimensión que los anteriores pero no porque le faltara talento.

No hablaré de crak, coca, alcohol, sobredosis, palizas de su marido, peleas con el padre y todo aquello que los tabloides ingleses recalcaban mientras vivía. Son granos de arena ante la montaña de lo que era como artista. La droga, otra vez la puta droga.

Cantaba que sus lágrimas se secaban solas (Tears Dry on Ther Own), y era cierto. El problema, como siempre les pasa a aquellos que están tocados con una barita mágica, es que nunca se dan cuenta del reguero de dolor que dejan a su paso de la gente que les rodea.



D.E.P Amy Winehouse

www.twitter.com/FranEcheve

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