La democracia no es solo votar, pero desde luego, es uno de los elementos fundamentales. Este fin de semana, los plebeyos les tenemos cogidos por los huevos, si me permitís la expresión, primero con la jornada de reflexión que sinceramente pienso, es un hecho magnífico y al día siguiente, hoy domingo, con el día electoral.
Hay mucha gente cabreada, casi todo el mundo, no solo con el gobierno (algunos incluso con la oposición), sino también con el sistema. No voy a dar un discurso de esos de "tenéis que ir a votar para ser mejores ciudadanos", que va. Eso es mentira. Si no queréis ir a votar, no vayáis. Por eso no seréis ciudadanos poco comprometidos (puede ser un signo de protesta) y podréis seguir protestando, criticando y evaluando a los políticos, como no. Hay una falacia que a fuerza de repetirla se ha convertido en un axioma de muchos demócratas más partidarios de partitocracias: hay que ir a votar, sino no te puedes quejar.
Todos tenéis ya el voto en la cabeza. Un servidor, como siempre, tiene especial interés en la jornada electoral por el nivel mediático y más en concreto en un número, el de los votos en blanco, abstenciones y nulos que haya.
Que tengáis una feliz jornada, especialmente los que siendo vírgenes en estas lides, vayáis por primera vez. Es muy bonito. A los que estamos ya maleados, pues nada, a botar... a alguno del sillón. A mí me gustaba, en días como hoy, preguntarle a los de casa cómo era aquello de no poder ir.
Sed democráticamente felices...
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