Si usted mira el calendario hoy verá que nos encontramos a día 18 de mayo. Mentira. Hoy es el día I después de que Rafa Nadal perdiera ayer. Ver a Nadal perder es tan extraño como que España no haga el ridículo en eurovisión, que el Barça de Guardiola juegue mal algún partido, que Magdalena Álvarez tome alguna decisión acertada, que a me pagaran el doble por hacer la mitad de mi trabajo, que Zaragoza no organice expos, que Clint Eastwood haga una mala película o que los documentales de la 2 lleguen algún día a ser líderes de audiencia.
Que Rafa Nadal pierda es más raro que mi vecina del quinto, que un político deje de mirarse el culo y empiece a pensar en los demás o que una gala de OT tenga más interés que ver copulando a dos escarabajos verdes. Es tan tan raro que ni los más viejos se acordaban, es más extraño que un Lunni borracho, que Marujita Díaz en biquini o que Punto Radio haciendo mala radio. Rafa Nadal perdiendo es… ¿increíble?
Por eso, el fin de semana ha sido extraordinario, por el hecho de que se sale de lo ordinario, no porque nos guste; bueno, por eso y por la victoria del Zaragoza que es extraordinaria porque esta sí, no es lo ordinario que se produzca de una manera tranquila y nos gusta un montón.
Ah, ya tenemos campeón del título de liga: es el Barça de Guardiola. No sé si ganará la Champions, pero a Pep y sus jugadores les tendrían que dar una Copa solo por como juegan. Y no estaría mal que se la entregara Rafa Nadal. Y es que los dos nos emocionan cada vez que juegan, ganen o pierdan…
En la parroquia blanca mientras tanto se presentaba el ser superior el pasado jueves. Dijo que no quería cometer los errores del pasado y sin embargo el Madrid se ha puesto a fichar jugadores sin tener todavía al entrenador. Y es que, que Florentino no cometa viejos vicios suena tan raro como que nos deje de gustar el fútbol, que haya alguien que diga que la corbata es una prenda cómoda o que Rafa Nadal por supuesto pierda algún partido.
Hasta la semana que viene
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