Veo desde la distancia los descensos este fin de semana de Recreativo de Huelva y de Numancia a la segunda división y me sorprendo con la mirada en el horizonte y el pensamiento en el pasado. Un pasado que me sabe a nostalgia y en esta ocasión es una nostalgia especialmente amarga. Aunque como pasa con todo en esta vida, el tiempo todo lo cura y ha pasado un año del descenso y el corazón me vuelve a latir a un buen ritmo, a ritmo de primera me diréis. Pues será eso.
Pero os decía que he visto los descensos de Recre y de Numancia desde la distancia kilométrica pero los he vivido desde la cercanía futbolística, porque ahora mismo en Huelva y en Soria están como tú o como yo hace un año. Hechos polvo. Es para eso precioso y curioso el dios fútbol y si hace un año el equipo se iba a segunda, un año y una semana después la competición le ha regalado al Zaragoza la distancia más larga con sus perseguidores en toda la competición y la más corta con sus antecesores. Como si el que controla este mundo se hubiera dado cuenta de lo que hizo bajando al equipo de los magníficos, de la Recopa, del león rampante y del “nunca se rinde” a la división de plata del fútbol español. Una especie de compensación. Una especie de lo siento. Algo así como un ramo de rosas y un perdón futbolístico.
Es 25 de mayo y primera está más cerca sin jugar en ella. Recre y Numancia jugarán la semana que viene sabiendo que no estarán más en primera. Por eso el fútbol son un montón de cosas, pero sobre todo es sentimiento. En esta vida- me dijo un día un aficionado- te cambias de casa, te cambias de coche, cambias el voto, te cambias hasta de mujer…pero nunca te cambias de equipo. Por eso si tu equipo baja, te cabreas y si pierde el partido político al que votaste no. Porque la política, será muchas cosas pero nunca sentimiento.
Bill Shankly, el mítico entrenador inglés del que recomiendo lecturas sobre su vida a los oyentes dijo una vez que: mucha gente piensa que el futbol es una cuestión de vida o muerte…pero es algo mucho más importante que eso. Creo que el bueno de Bill tenía razón… sino no se entiende el origen de esta angustia por lo que en principio dicen que no es más que un deporte. Como me dijo un amigo un día, eso es porque no tienen equipo… ni por supuesto sentimientos.
Hasta la semana que viene
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