Crackarlos Arguiñano

Cuando algunas veces me dicen que ponga un ejemplo de buena televisión, entre otros programas, siempre cito a Karlos Arguiñano. Un monstruo televisivo. Seguramente penséis que os estoy vacilando pero nada más lejos de la realidad. El tío con 4 cazuelas, dos muslos de pollo y un poco de perejil te organiza una que ni el Desembarco de Normandía. Da gusto verle y oírle: divertido, sanote, dando consejos desde el sentido común, nada pretenciosos, imaginativo y con un repertorio de chistes inigualable. Se ve que disfruta y por ende nos hace disfrutar a los que lo vemos.

Alguno que me lea creerá que he perdido la cabeza, que he empezado a tomar drogas o que he vaciado el mueble-bar de casa pero solo os voy a poner un ejemplo. Recuerdo mis primeros años de carrera, sentado en las terrazas al sol con los colegas (en clase no estábamos) con una cerveza fría y diciendo chorradas. Llegaba la 13.30 y un servidor de levantaba, se despedía y se iba a casa.

-"¿Donde vas?, me preguntabán mis amigos.
-A ver a Arguiñano...
-No me jodas!!! jajajaja. ¡Si eso lo ve mi abuela!

Era más o menos septiembre-octubre, a principios de curso. Después de navidades, 7 u 8 personas (todos mis amigos) nos levantábamos todos los días de la semana de nuestras sillas para irse a casa a enchufar al cocinero vasco.

Hoy lo he vuelto a ver después de muuuuucho tiempo (es lo que tiene hacer los programas a las 15 de la tarde) y he estado con una sonrisa durante media hora.

Ah! en cuestión de rentabilidad televisiva ni os voy a contar...hace los 20% de Share como churros.



"Queridas familias, queridos amigos..."