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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Filosofía no sirve para nada II

Hace unos años llegó a los tribunales un caso que conmocionó a toda la sociedad y se acabó convirtiendo en un caso de laboratorio para casi todas las ciencias. Atentos:


En una revisión a un niño menor de edad pero con una capacidad para decidir (13 años) le diagnostican leucemia, cáncer de sangre. La solución médica para salvar al niño es una tranfusión de sangre. La familia (sus padres) deciden que no, que no hay transfusión. La razón, son Testigos de Jehová y su religión no les permite la transfusión de sangre ni recibir ciertos tratamientos médicos. Si el niño no la recibía moriría. El niño, como sus padres, también era Testigo de Jehová y dijo que tampoco quería la transfusión de sangre. (él es menor así que hay gente que decía que su opinión no contaba).

Los médicos del hospital lo llevan al defensor del menor y el caso acaba en los tribunales. El primero de los tribunales dice que tranfusión, el Supremo dijo que no y le dio la razón a los padres, el Constitucional acabó diciendo que sí.

¿Qué hacer? Derecho a la Libertad o Derecho a la Vida. Los dos derechos más importantes de la CE. Y encima dentro de la libertad un derecho todavía más sagrado, el de la libertad religiosa, que nace de lo más profundo del ser humano, de sus convicciones. En el otro lado de la balanza el primer derecho fundamental y del que nacen todos los demás, el de la vida. Sin él no existe el resto.


Los padres dijeron que no querían transfusión de sangre por su libertad religiosa incluso sabiendo que iban a sacrificar a su hijo. Duro, muy duro. Quizás incomprensible podemos pensar. La locura de las religiones dirá otro. Los padres decidían sobre la vida de su hijo, nada tenía que decir el estado.

O sí, porque el Estado si de algo es garante es del derecho a la vida. Es como ese padre supervisor que hace lo que debe aunque no le guste a sus hijos (los ciudadanos). Si un preso hace huelga de hambre, los funcionarios de prisiones tendrán que dejar relizar su derecho al preso pero una vez que esté a punto de morir, alimentarle y no dejarle fallecer. Por eso el estado a pesar de que los padres y el niño dijeran lo que dijeran debía de retirar a sus padres momentáneamente de tomar esa decisión y salvarle la vida al niño. Luego ya hablaríamos de la vulneración de derechos.

¿Qué hubieramos hecho nosotros?

PD: Para aquellos que creen que la Filosofía no sirve para nada.

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