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miércoles, 27 de octubre de 2010

Enamorarnos cuesta 1 seg

Así lo establece un estudio que leí el otro día. La Universidad de Syracuse (EEUU) ha hecho público un estudio de donde se desprende que el famoso flechazo tiene más velocidad que el sonido. Un quinto de segundo es lo que le cuesta al ser humano quedarse prendado perdidamente de la otra persona.

Lo más curioso de todo el estudio de Stephanie Ortigue, la directora del mismo, es cuando explica los efectos neuronales de enamorarse. Enamorarse es igual que drogarse. Solo que, claro, de una manera endógena. Es decir, que lo genera el propio cuerpo. Cuando nos enamoramos 12 áreas del cerebro trabajan para liberar todas las hormonas y neurotransmisores que liberamos cuando experimentamos un sentimiento de euforia: dopamina, la oxitocina o la adrenalina.

Los resultados plantean la pregunta: "¿Está el amor en el corazón, o el cerebro?". "Esa es una pregunta difícil siempre," dice Ortigue. "Yo diría que el cerebro, y el corazón también está relacionado, porque el concepto del amor es complejo y está formado por ambos procesos, de abajo a arriba y de arriba hacia abajo, desde el cerebro hasta el corazón y viceversa. Por ejemplo, la activación en algunas partes del cerebro puede generar estímulos para el corazón, las 'mariposas en el estómago'. Algunos de los síntomas a veces los sentimos como una manifestación del corazón que a veces puede venir desde el cerebro".

Si enamorarse supone una descarga química tal, que es como si nos drogáramos, significa que afecta a la parte cognitiva del cerebro. En concreto a la imagen corporal y las representaciones mentales. Por eso, todo nos parece "candy, candy" cuando vemos a esa persona.

Por cierto, hay muchas clases de amor, que activan distintas partes del cerebro. Lo que sí está claro desde hace tiempo es que el amor es algo químico. Otros estudios han establecido la correlación existente entre el "olor" que desprende el cuerpo, la testosterona en ellos y los estrógenos en ellas. Son como mensajes cifrados que el sujeto receptor desconoce pero que explican porqué te sientes atraído por aquel o aquella. Los recibes y no te das cuenta.

Como os digo, a la mierda Shakespeare, Romeo y Julieta, Doña Inés y los grandes clásicos. Al final, tienen que venir los de la Universidad de Syracusa para decirnos que eso del amor está más o menos teledirigido biológicamente.

¿Dónde queda el intentar ser interesante , sexy (que palabra más fea) y seductor? ¿Dónde quedan los grandes clásicos de Holliwood? ¿Para qué la sofisticación de Brigitte, de Audrey, de Claudia o de Marilin?

Al leer el estudio me he preguntado que si enamorarnos cuesta 1 segundo, imagino como argumento a contrario que desenamorarnos costará los mismo: otro segundo.

De cualquier manera este estudio revela algo que un amigo me dijo hace ya muchos años: "Macho, tengo un problema, me gustan todas". Menos científico y refinado, es verdad, pero lo mismo dicho con otras palabras.



La duda me surge ahora a mi, ¿Y eso de la mágia de ir poco a poco conociéndose es todo un mito? Habrá que esperar al siguiente estudio.

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