La grandeza del perdón

No estamos acostumbrados a ver pedir perdón, tristemente, ni en la vida ni por supuesto en la profesión periodística. El otro día lo vi y tengo un nudo en la garganta. Cuando una persona pide perdón quiere decir que considera que ha hecho algo que estuvo mal. Doble mérito, primero por darse cuenta del error y segundo, por pedir disculpas.

Josep Pedrerol tuvo esta reacción el otro día en Punto Pelota. Seguramente si a un servidor le pasa eso con alguno de mis amigos en la profesión, no hubiera respondido, hubiera sido peor. Y probablemente más salvaje en la crítica. Así que, solo puedo levantarme y apluadir. Se me encogió el estómago por la forma de desnudarse delante de todo el mundo. Porque eso exactamente es pedir perdón, desnudarse de corazón y poner el alma a pecho descubierto. Esa es la razón de porqué nos cuesta tanto.



pd: Le he puesto en un mensaje dándole las gracias por una lección más (no sé cuantas van) y que ese momento define más a Punto Pelota y a su director que cualquiera de las maratones que hagan. Me las ha devuelto las gracias. La grandeza del perdón es que deja resquicios de humildad por todos lados.