Estoy en una nube, como cuando ves las películas estas de pareja en la que los protagonistas se enamoran y siempre acaban bien. Y no es por cuestión de la buena puntería de cupido, la razón fundamental de porqué estoy así es porque ayer el Zaragoza le gritó definitivamente a los 4 vientos del fútbol español que el próximo año va a volver a estar en la división de oro. Gran partido, gran resultado y sobre todo grandes sensaciones. Un servidor lo vivió si se puede llamarle a eso vivir y un día después me sigue durando esa sensación de estar todavía en una nube. No es para tanto dirás. Solo es un partido. Ya, pero hazme caso que como diría mi abuela, me da a mi que sí hombre. De cupido ya hablaremos otro día, que mira que te gusta pero que es tema complicado ese de juntar deporte y pareja. Además no suele gustarles a las respectivas…aunque los dos acaben siendo al fín y al cabo amores.
Pero si algo ha sobresaltado al personal este fin de semana ha sido la bomba de Jesuli. Un jugador que ha reconocido que recibió primas jugando en el Tenerife la temporada pasada por dejarse perder en el último partido de liga frente al Málaga. Vamos lo que viene siendo en mi pueblo comprar un partido. Y por lo que lo hemos conocido comúnmente: el mangoneo puro y duro. Jesuli le confirmó al presidente de la Real que le dieron alrededor de 1.000.000 de las antiguas por dejarse ganar. Podría hacer apología del tremendismo. Decir que como está el fútbol, que vaya vergüenza, que tendrían que bajar a todo aquel que lo pillaran y que este mundo esta podrido. No lo voy a hacer, porque si alguien no sabe a estas alturas cómo funciona este mundo del balompié, es que o es ministro (y se dedica a la política) o se ha metido en la casa de gran hermano, pasando entonces a ser el problema otro bien distinto.
Que nadie se lleve las manos a la cabeza. Así están las cosas, así está el fútbol, así esta la vida y lo peor de todo, así estamos nosotros. El fútbol no es más que un estracto donde se refleja lo que somos, un lugar donde se le puede poner nota en cosas concretas de algo a todo un conjunto. En este caso en una asignatura difícil, la de la integridad. Pasó con Julián Muñoz y los políticos…¿qué nos hace pensar que no pase en el fútbol? Aun con todo no seamos fariseos, el problema no es del fútbol, el problema es de la sociedad, de los ciudadanos, de todos y cada uno de nosotros, que sin haber trincado un solo euro somos capaces de pagarle 350.000 a un delincuente.
Y es que el deporte, y el fútbol en este caso, no es más que la báscula en la que pesar las acciones vergonzosas de esta sociedad por la que pasamos en muchas ocasiones sin hacer absolutamente nada. Más que pasar uno por la vida, la vida le pasa a uno. Y nos da igual. Y la báscula a día de hoy, Jose Antonio, por cierto, está a punto de reventar…
Hasta la semana que viene
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